miércoles, 26 de septiembre de 2018

Celso Amorim sobre Latinoamérica y las elecciones en Brasil

ENTREVISTA A CELSO AMORIM

"Los problemas para Lula empezaron cuando EEUU vio que Latinoamérica dejaba de ser su patio trasero"

El exministro de Exteriores y Defensa brasileño, Celso Amorim, analiza la situación del país, que se encuentra en plena campaña electoral.

Celso Amorim en un receso del Seminario Internacional celebrado en Madrid. / AMAYA LARROUY


MADRID
MARÍA IGLESIAS

Celso Amorim (Santos, 1942) ministro Exteriores de Lula Da Silva (1993-1994, y 2003-2010) y Defensa con Dilma Rousseff (2011-2014), ambos del PT, dirigía UNITAID, organismo auspiciado por la Organización Mundial de la Salud para el acceso al tratamiento del sida, malaria y tuberculosos a enfermos de países en desarrollo. Pero la destitución parlamentaria de Rousseff en 2016 y el encarcelamiento de Lula que culminó el 1 de septiembre con su inhabilitación para las elecciones del 7 y 28 de octubre en Brasil, le decidieron a entregarse a divulgar su análisis de cómo se ha llegado aquí y alertar del peligro para Brasil e internacional de la victoria de Jair Bolsonaro. “Un ex militar”, apunta, “inducido a salir del ejército por indisciplina”.

Después de que Lula, que lideraba los sondeos, fuera apeado del proceso, Bolsonaro ha sido el candidato mejor situado, llegando a capitalizar el apuñalamiento en un acto electoral. Según las últimas proyecciones, pese al alto índice de rechazo a Bolsonaro, que profiere amenazas racistas, homófobas y misóginas, Fernando Haddad, antes aspirante a vicepresidente con Lula y ahora su sustituto, sólo alcanza el empate, por delante de Ciro Gomes (PDT), el expresidente Geraldo Alckmin (PSDB) y la ecologista y ex ministra de Lula Marina Silva (REDE).

Con Lula cumpliendo ya la condena de 12 años en la prisión de Curitiba “sin delito, ni pruebas, por un golpe judicial”, pero antes de ser descabalgado de la carrera electoral, Amorim, presidente del Comité Internacional Lula Libre, se reunió en París con el ex Primer Ministro francés de la derecha de Chirac, Dominique de Villepin. Y éste, recordado por su discurso en la ONU contra la invasión de Irak (2003) que impulsaba EEUU – con la falsedad de las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein admitida por Reino Unido en el Informe Chilcot (2016)- “él me transmitió”, cuenta Amorim, “lo peligroso que sería en el actual panorama de ascensos fascistas, la derrota de la democracia en Brasil”.

Así concibieron el seminario Amenazas a la democracia y el orden multipolar y alerta progresista para fortalecerlos, cuya primera parte se celebró el viernes 14 en Sao Paulo (Fundación Perseu Abramo) y la segunda, el lunes 17, en Madrid (Common Action Forum y Casa América), con la participación, entre otros, de los expresidentes socialistas españoles José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González, e italiano Massimo D’AlemaVillepin, el juez Baltasar Garzón, el filósofo estadounidense Noam Chomsky, el ex Director General de Amnistía Internacional, Pierre Sané, el presidente de honor de El PaísJuan Luis Cebrián y la abogada guatemalteca Renata Ávila.

Celso Amorim, Juan Luis Cebrián, Felipe González, Renata Ávila y Baltasar Garzón en la reunión de trabajo promovida por Wadah Khanfar y Rafael Heiber de CAF en Casa de América. / AMAYA LARROUY

 

¿Qué han pretendido estos encuentros?


Yo le conté a De Villepin cómo han sido el golpe parlamentario contra Dilma y la injusta prisión de Lula y él reaccionó diciendo que debíamos preparar no un acto exclusivamente contra estas injusticias sino, un seminario internacional con voces políticas, jurídicas, intelectuales que alertara de que una eventual victoria, ilegítima, del fascismo en Brasil tendría graves consecuencias sobre Europa y el mundo. Por el auge global del fascismo, por nuestro peso, nuestra relación con África y el impulso al multilateralismo que dimos en la ONU y creando los BRICS.

¿Por qué en los dos foros, el de Sao Paulo y Brasil los participantes son de perfil socialdemócrata y no más de izquierda (Podemos, Syriza, DIEM25)?


Tenemos también buenas relaciones con partidos de izquierda más militante. En Madrid teníamos previsto reunirnos con 
Pablo Iglesias y Bustinduy de Podemos, partido al que tenemos gratitud por su posición muy fuerte con Lula. Noam Chomsky es indudablemente un pensador muy crítico. Pero en Brasil, si invitas a gente muy a la izquierda que condena el golpe al PT enseguida les descalifican como revolucionarios. Eso es algo que no pueden echar en cara de los ex presidentes Zapatero, González, D’Alema y, menos, a Dominique de Villepin. A la elite brasileña que, directa o indirectamente apoya esta prisión de Lula le impresiona escuchar que es injusta en boca de quien fue Primer Ministro de la derecha republicana de Jacques Chirac. Deberían reaccionar.

¿Los votos a líderes autoritarios y ultraderechistas (Trump en EEUU, Orban en Hungría, Salvini en Italia…) son fruto del desencanto con políticos conservadores y socialdemócratas que sienten ajenos a sus intereses?


Más bien del desencanto con la globalización que polariza el voto entre una izquierda radical y, sobre todo, la ultraderecha en ascenso incluso en Suecia. Hay que hacer algo.

Vemos que se etiqueta a los Trump, Orban, Salvini de populistas pero el ex presidente de Uruguay, José Mújica, dice que “populismo” es descalificativo de todo, izquierda y derecha.


Es cierto. Populismo aquí tiene connotación de ultraderecha y en nuestros países, la derecha lo usa peyorativamente contra la izquierda. Nacionalismo es feo en Europa por oposición a la UE, paz, migración y, en cambio, en América del sur y África tiene connotación positiva, libertaria. En nuestros países en desarrollo el electorado siente más vínculo con la persona que con el partido.¿El apoyo al líder es populismo? No sé. Lo que sí sé es que, con virtudes y defectos, los gobiernos de Vargas en Brasil, Perón en Argentina, Nehru en India, o Nasser en Egipto fueron instrumento de progreso social.

¿Llamaría fascismo a esta ultraderecha en ascenso?


Sí, asistimos a un auge del fascismo. Bolsonaro es fascista. Ahora bien, a diferencia de Marine Le Pen, en lo económico, no es nacionalista sino ultraliberal, alguien rendido a los mercados.


Elecciones en Brasil  


¿Ganará Bolsonaro las presidenciales?


Es muy difícil porque su tasa de rechazo, de electores que lo le votarían bajo ningún concepto es muy grande. Aunque gane en primera vuelta, donde las encuestas le dan un 25-27 por ciento, casi todas las evaluaciones revelan su derrota en segunda. Yo espero que los electores de derecha moderada, no fanática, no voten por alguien que insta a “ametrallar a los miembros del PT”. Nuestro candidato, Fernando Haddad, se está dando a conocer fuera de Sao Paulo, donde fue alcalde, y sube rápido. Confío que, al final, pueda ganar.

Los ex presidentes Zapatero y González alertaron en sus intervenciones de una polarización brasileña tan fuerte que pueda llegar a la violencia. ¿Comparte ese temor?


La violencia ya está ocurriendo. En Brasil hay violencia endémica hacia negros y pobres. Ejemplo reciente es el asesinato de la concejal Marielle Franco. Sobre lo dicho por los ex presidentes, Zapatero tiene razón en que los ciudadanos no deben responder a la injusticia con violencia y González en que si por el golpe parlamentario a Dilma y judicial a Lula, vence Bolsonaro, al electorado le será difícil aceptar que se les impidiera elegir a quien prefieren: Lula. Ahora bien, el ataque sufrido por Bolsonaro, aún por investigar y que no sé si se aclarará, a quien más perjudica políticamente, porque banaliza la violencia, es al PT cuyos candidatos ya sufrieron ataques previos. Como el candidato del PSOL 
Guillherme Boulos. Confieso que yo ya sólo creo en teorías conspiranóicas.

¿Entiende que gran parte de la opinión pública, incluso progresista, considere que la prisión de Lula en Curitiba es una buena noticia porque es resultado de la persecución judicial de la corrupción?


Se ha construido un relato absolutamente falso. Tanto peor porque pervierte la legítima y necesaria lucha contra la corrupción. En el caso de Lula, se le condena por “actos indeterminados de Gobierno” con los que supuestamente consiguió un piso del que jamás tuvo llaves, ni documentos, en que nunca entraron ni él ni su familia. Corroboran mi análisis, políticos tan prestigiosos y poco radicales como los que han venido al seminario, abogados y juristas como Renata Ávilla, el francés que ha representado a Hervé Falciani y Julian Assange, William Bourdon o Baltasar Garzón. Hasta el Comité de Derechos Humanos de la ONU ha pedido que Lula se pueda presentar, mientras se resuelven los recursos.

¿La falta de peso de la ONU es explicable justo porque no logra que sus resoluciones sean vinculantes (Israel-palestina, Sahara Occidental…)?


La responsabilidad no es de la ONU sino de quien desoye sus dictámenes. En el caso de Brasil es la primera vez desde la vuelta a la democracia, 1985 diría, que contraviene lo que la ONU marca. Todos los gobiernos, de centro, derecha e izquierda han sido respetuosos. Y es primera vez que un responsable del tribunal superior electoral y la suprema corte dicen que no tienen nada que ver con “un comitecito”. Revela o una gran ignorancia o mucha mala fe.

¿A qué la atribuye?


El proceso que empezó con el golpe parlamentario contra Dilma en 2016, es una estrategia planificada por el capital financiero internacional y poderosos medios de comunicación. De fondo, el objetivo siempre ha tenido a Lula como verdadero blanco. Porque el objetivo es impedir que se desarrolle su proyecto de transformación social del país. La cacería se completa ahora desoyendo al Comité de la ONU porque, si reconocieran su jurisdicción y legitimidad tendrían que permitir a Lula presentarse. En el camino, toda medida encaminada a sacarle de las presidenciales ha sido asombrosamente rápida para como suele funcionar el sistema en Brasil. En cambio, cualquier recurso que le pueda beneficiar, se ralentiza, casi paraliza.

Dados los datos, aún de empate, del candidato del PT, Haddad, ¿Lamenta haberle hecho sucesor de Lula sólo cuando el plazo iba a expirar?


Es cierto que él no era conocido fuera de Sao Paulo, donde fue alcalde. Pero ahora ya se está presentando por todo el país y subiendo rápido. Es alguien con una gran formación intelectual. Lo que tiene de bueno y malo, porque al haber estudiado en la mejor universidad de Sao Paulo, parte de del pueblo le ve más alejado que a Lula. Pero él y su candidata a vicepresidenta, 
Manuela D’Ávila, forman un ticket electoral de izquierda innovadora, activa y atractiva que para sí querría la potencia más desarrollada. Ella, del partido Comunista Brasileño (PCdoB), es como él, muy preparada y comprometida. Y aún más joven y dinámica, a sus 35 años. Estoy confiado en la victoria. Sólo me inquiera alguna maniobra, una desagradable sorpresa que puedan usar para justificar un retraso electoral. Ojalá no ocurra. Quiero pensar que se respetará el voto popular.

Se ha hablado de la conveniencia de haber elegido para esta cita excepcional a un candidato de más peso político en el PT. ¿Se barajó la opción de que a Lula le reemplazara usted?


En algún momento, sí. Pero hay que hacer un balance de experiencia e impulso de juventud y, Haddad, por la energía de sus 55 años, nos ha parecido el candidato acertado.


Contexto internacional

Brasil fue faro de la izquierda que gobernó las pasadas décadas en países latinoamericanos donde hoy preside la derecha (Argentina, Chile) o se viven tiempos críticos (Nicaragua, Venezuela) ¿Qué ha pasado?


Lula siempre ha sido socialdemócrata en el buen sentido porque siempre actuó dentro del sistema democrático, ganando elecciones de forma clara y respetando la más amplia libertad de prensa pese a que la cadena Globo es casi monopolio. Muy poderoso. Tanto que, tras tener influencia en tiempos de la dictadura militar, ahora pretende ejercer el poder directo a través de la acción combinada del poder judicial y la sombra de la amenaza militar. En el continente hay situaciones muy diferentes. Sí, la izquierda ha perdido gobiernos. Pero también se acaba de producir la importante victoria del pueblo en México, con MORENA y Andrés Manuel López Obrador. Si en Brasil gana Haddad, la colaboración abrirá un panorama de esperanza.

¿Cómo es su colaboración en citas como esta con Felipe González, y Juan Luis Cebrián que, en Latinoamérica, Venezuela, se alinean con la derecha?


Tenemos puntos en común y divergencias. Pero estamos de acuerdo en que hay un ataque ilegítimo, contra Lula y Dilma para destruir el proyecto. Lula ha dicho que “Lula es una idea”. De redistribución de la riqueza y reducción de la desigualdad con la “bolsa familia”, idea de no racismo, ni machismo, soberanía y multilateralismo. Pero también de evitar situaciones drásticas, conflicto. Cuando Chaves estaba vivo, Lula tenía su influencia y las cosas en Venezuela eran incomparables. El ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, en tiempos en que yo fui ministro de Defensa con Dilma y tuvimos “un problemita”, me contó que Chaves le decía: “¿Qué es eso, Rafael? Con Lula no se pelea. Se le pide consejo”. Consejos que siempre son de tolerancia con la oposición.

Como quien fue considerado “Mejor ministro de Exteriores”, por 'Foreign Policy', ¿Qué opina de la venta de bombas por España a Arabia Saudí por temor a la cancelación de un contrato naval?


Veamos, no es sencillo. Yo he sido también ministro de Defensa. Siempre existe la paradoja de que, obviamente, si se venden armas es con la presunción de que podrán ser utilizadas. Pero en el caso de Arabia saudí con relación a Yemen están demostrados los ataques violentos e indiscriminados. Su brutalidad y efectos en niños. Aquí, creo, hay limitaciones de la Unión Europea a la venta de armas en estas circunstancias, así que incumplirlas sería violación de lo pactado.

Hablando de “Democracia y orden multipolar” han señalado que EEUU, con la Administración Trump, ha dejado de ser un actor fiable en la gobernanza internacional, pero con Rusia y China se debe afrontar el desafío global. ¿Los bajos estándares de democracia y libertad no son un escollo?


Rusia y China son distintas. Rusia tiene una visión nacional de sus intereses, menos proyecto de influencia global que en la época de la URSS, pero internacionalmente es positiva su fuerza para el equilibrio de poderes. China es la gran potencia en ascenso, será la mayor economía en 20 o 30 años y sí tiene estrategia de expansión de sus actividades y modelo. Pero lo hace de manera discreta, es una 
diplomacia de la seda opuesta a la de EEUU y Europa. Internamente hacen lo que les parece, pero no pretenden imponer su modelo a otros países. Con esta actitud creo que dominarán todo. Por eso es importante desarrollar el equilibrio multilateral. Brasil ya ejerció un gran rol en la creación de los BRICS en contrapeso al polo militar, económico-financiero de EEUU y ahora estamos muy activos creando IBAS, foro de India, Brasil y Sudáfrica, tres países en desarrollo, democracias multiculturales, en América, Asia y África.

¿Los asistentes a estos encuentros han acordado pasos siguientes?


Tendríamos que secundar la propuesta de Bernie Sanders de impulsar una Internacional progresista, a partir de iniciativas como este seminario, desde las organizaciones socialistas europeas y los partidos más de izquierda a quienes respeto tanto. Para afrontar juntos los desafíos y planificar las alternativas. Con Obrador en México, si Haddad gana en Brasil, este octubre, con el proyecto de Lula podemos volver a tener fuerza en el continente americano. Porque esa es la cuestión. No tenemos nada contra EEUU, gran admiración y mucho que aprender. Pero no es positivo que en el continente sólo exista potencia tan dominante. Los más inteligentes en EEUU, lo saben, pero hay un sector “profundo” basado en su idea de superioridad y dominación del diferente. De hecho, nuestros problemas empezaron cuando se constató que Brasil y con él América del Sur ya no eran tan dependientes de EEUU. No se me va de la cabeza una portada de 
The Economist con el mapa del continente invertido según la convención, con Sudámerica arriba y EEUU abajo y el titular “Nobody’s backyard. The rise of Latin America” (El patio trasero de nadie. El crecimiento de Latinoamérica)”. Eso no estaba en las cartas.


Portada de "The Economist".

fuente: https://www.publico.es/internacional/entrevista-celso-amorim-entrevista-celso-amorim.html

lunes, 17 de septiembre de 2018

Sede del Parlamento Sudamericano en Cochabamba


Evo inauguró el edificio del Parlasur en Cochabamba y dice que será la Casa Grande de Sudamérica

San Benito, BOLIVIA, 12 sep (ABI).- El presidente Evo Morales entregó el miércoles el edificio del Parlamento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que se alza en el municipio de San Benito, departamento central de Cochabamba, y dijo que esa moderna infraestructura será la “Casa Grande de Sudamérica”.
“Otra fecha histórica para Cochabamba, Bolivia y Sudamérica (…) el mes pasado inauguramos la Casa Grande del Pueblo, ahora la Casa Grande de Sudamérica, de América Latina”, dijo en el acto que se desarrolló en la nueva construcción.
  
Destacó que esa obra es posible gracias a la unidad del pueblo boliviano que permitió mejorar la situación económica de Bolivia.
“Antes del proceso era imposible pensar en esta clase de centros de integración, en esta Casa Grande de Sudamérica”, señaló.
Morales manifestó que esa infraestructura servirá para realizar eventos internacionales que sentarán las bases de la construcción de la unidad de las naciones de la región, un “camino sin retorno”.
Planteó que el predio sea también utilizado para actividades sociales, como las graduaciones de estudiantes de los colegios, matrimonios e incluso congresos y reuniones de las organizaciones sociales.
  
“Sólo quiero decir a San Benito, a la provincia Punata, a los pueblos del Valle Alto, hay que cuidar nuestra infraestructura. Cuando sus eventos sociales, congresos, promociones, después del evento, hay que cuidar nuestra infraestructura y dejarla limpia. Sólo esa condición para buena imagen de Cochabamba, del Valle Alto y de toda Bolivia”, sostuvo.   
El mandatario expresó su emoción y alegría porque el predio fue construido con fondos estatales por el crecimiento económico en el país y con mano de obra boliviana.
“El diseño fue de los cochabambinos, recuerdo perfectamente (…) Es un diseño boliviano, de los cochabambinos”, relievó.
El ministro de Obras Públicas, Servicios y Vivienda, Milton Claros, señaló que la obra fue edificada con una inversión de casi 430 millones de bolivianos y cuenta con tres componentes.
El primer componente es un edificio de plenarias que tiene tres bloques con un auditorio para 136 personas y un estacionamiento con capacidad de 110 vehículos; el segundo es un centro de convenciones que consta de una sala múltiple para talleres y una sala múltiple de teleconferencias; y el tercero está formado por un bloque con tres auditorios para 1.300 personas.

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fuente: https://consuladogeneraldebolivia.com.ar/evo-inauguro-el-edificio-del-parlasur-en-cochabamba-y-dice-que-sera-la-casa-grande-de-sudamerica/

Entrevista a Fernando Haddad (candidato del PT)


Entrevista I Fernando Haddad

Fernando Haddad: "Vamos retomar o projeto de Lula"

por Fred Melo Paiva, Mino Carta, Rodrigo Martins e Sergio Lirio — publicado 12/09/2018 00h30, última modificação 12/09/2018 13h50
Petista reconhece erros e acertos do partido, propõe reformas para desconcentrar a renda e defende o projeto de desenvolvimento do ex-presidente
Wanezza Soares
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“Existe uma fratura no país entre a soberania popular e as instituições"




eleicoes-selo.pngFernando Haddad foi oficializado nesta terça-feira 11 como candidato à Presidência, substituindo o ex-presidente Luiz Inácio Lula da Silva na chapa encabeçada pelo PT, que tem Manuela D'Ávila (PCdoB) como vice.
Uma semana antes, no dia 4 de setembro, o petista reconheceu, em entrevista a CartaCapital, erros e acertos das gestões petistas, propõe reformas para desconcentrar renda no Brasil e se apresenta para defender o projeto de desenvolvimento legado por seu padrinho.“Por 12 anos garantimos crescimento, distribuição de renda, aumento dos salários acima da inflação, oportunidades educacionais. Sabemos como reencontrar o projeto interrompido em 2014”.
Confira abaixo a entrevista completa.
CartaCapital: Como definir a candidatura do PT neste momento?
Fernando Haddad: A estratégia de defender a candidatura do Lula até as últimas consequências e em âmbito internacional foi muito bem-sucedida. Alguém dirá: “Mas vocês perderam todas até aqui”. A principal ação, a da ONU, vencemos liminarmente e acredito que venceremos no mérito, o que nos obriga a recorrer ao Supremo Tribunal Federal contra a decisão do TSE.
CC: Por quê?
FH: Se não recorrermos à última instância, a ONU arquiva o processo. É preciso demonstrar diligência internamente para buscar o remédio das Nações Unidas, ou seja, a declaração de que Lula foi injustiçado e tirado por ato de força da eleição.
CC: Que era o objetivo do golpe...
FH: Sim. Primeiro tivemos um impeachment sem crime de responsabilidade. Tanto é verdade que a Dilma está praticamente eleita senadora por Minas Gerais e o Aécio Neves nem se dispôs a concorrer com ela. Tirar a Dilma e deixar o Lula disputar seria inócuo. Certamente ele ganharia, talvez no primeiro turno e de forma inédita para o PT. Existe uma fratura no País entre a soberania popular e as instituições.
CC: Mas a estratégia atual do PT não tende a dificultar a transferência de votos de Lula para o senhor?
FH: Em nenhum momento colocamos o cálculo eleitoral acima do que considerávamos correto fazer em defesa da democracia. Alguém dirá: “Vocês poderiam ter abandonado o Lula dois, três meses atrás... A rigor desde janeiro”. Isso nunca passou pela cabeça de nenhum dirigente do PT. Inclusive quando tratávamos com outros partidos, sempre deixávamos claro que estávamos discutindo a Vice-Presidência. O candidato à Presidência sempre foi o Lula. Há uma razão de ser e acho que ela foi compreendida pela população, o posicionamento em favor daquele que consideramos injustiçado e o melhor quadro político para retomar o desenvolvimento do País.
CC: E se o recurso ao Supremo não sair rapidamente?
FH: A data de 11 de setembro para o PT indicar um outro nome para a cabeça de chapa é praticamente incontornável, a não ser que o Supremo reconheça o direito de Lula ser candidato. Aí vamos com ele até 7 de outubro.
CC: E há tempo hábil para o senhor assumir essa candidatura e se beneficiar da transferência de votos?
FH: Ninguém tem essa conta. É uma situação tão inédita, tão peculiar... Não há precedentes no Brasil nem no exterior de algo tão exótico.
CC: Tão único... Não existe outro exemplo no mundo.
FH: Vai depender de muitas variáveis. Acho prematuro fazer uma aposta sobre quem vai para o segundo turno. Mas acredito na força do Lula, do PT e do projeto que representamos, sobretudo depois desse descalabro do governo Temer, com o apoio do PSDB. A população está mais bem informada, com mais subsídios para tomar uma decisão. É um projeto que ela conheceu recentemente. Não falo do getulismo, do Juscelino. Falo de alguém que ocupou a Presidência até 2010, de um projeto que até 2014 não sofreu abalos. Foram três mandatos cumpridos com muita diligência e em proveito de quem mais precisa do Estado. 
https://www.youtube.com/watch?v=JO-YEJ9J1E0
CC: Lula demorou a agir, a começar por não ter assumido a Casa Civil no segundo mandato de Dilma? Ele poderia ter reativado as caravanas pelo Brasil a partir da posse dela...
FH: Eu voltaria um pouco para trás.
CC: Tiraria a Dilma do páreo?
FH: Não, não é a questão de tirar ou pôr a Dilma no páreo. Longe de mim fazer essa afirmação. Acredito que em 2013 começou uma coisa muito diferente no Brasil. Aos meus olhos, desenhava-se uma crise institucional, e eu era um espectador privilegiado, estava, como prefeito, no prédio que o pessoal tentava colocar fogo. Fui ao Lula e disse exatamente isso. No fim de 2013, chegamos a conversar sobre a gravidade do momento e a conveniência de o Lula discutir com a Dilma abertamente a possibilidade de ele ser o candidato em 2014. Não em função da Dilma, mas do que estava sendo gestado contra o projeto do PT. Fui um dos que mais defenderam a ida do presidente Lula para o segundo governo da Dilma.
CC: O senhor não foi só um espectador privilegiado. Muitos críticos afirmam que não soube lidar com a situação, iniciada em São Paulo por causa do reajuste da tarifa de transporte público.
FH: Nunca recebi essa crítica do PT. Existe uma esquerda infantil que faz esse tipo de consideração e que não enxerga um palmo à frente do nariz. É um pensamento infantilizado achar que foi o reajuste da tarifa que desencadeou aquele processo. O protesto contra o reajuste não durou uma semana. Dizia: “Vamos baixar a tarifa e não vai resolver”. É uma certa ingenuidade. Escrevi um longo ensaio na revista Piauí a respeito e mantenho o meu diagnóstico.
CC: O senhor afirmou naquele artigo que a direita assumiu um discurso mais xucro e abriu uma caixa de Pandora, o que talvez tenha vindo a dar no Bolsonaro. Por outro lado, a pesquisadora Esther Solano identifica em muitos eleitores do Bolsonaro ex-apoiadores de Lula.
FH: Não acredito. Bolsonaro não é o segundo voto de eleitores do Lula. Ele é um fenômeno decorrente da maneira como o PSDB tentou enfrentar o PT. Quem introduziu certos temas na agenda do País não fomos nós. Na campanha de 2010, contra a Dilma, e na de 2012, contra mim aqui em São Paulo, José Serra transformou o combate à homofobia em pecado. Ele também trouxe em 2010, de forma irresponsável, a discussão sobre o aborto. Quem levantou o debate sobre maioridade penal em 2014 foi o Aécio. Ao introduzir esses temas, todos válidos, mas tratados de forma errada, o PSDB abriu uma avenida para o obscurantismo. Agora eles têm um problema, não sabem como colocar de novo na caixa de Pandora os males que libertaram. E não é o único dos problemas.
https://www.youtube.com/watch?v=ZJwNhInkRHo
CC: Qual o outro?
FH: O Temer. O PSDB deu aval ao projeto dele.
CC: Bolsonaro é o adversário dos sonhos no segundo turno?
FH: Tem vantagens e desvantagens. Pode ser mais fácil derrotar, mas talvez não seja bom para o País. Não é bom fazer cálculos desse tipo. Precisamos de um debate à altura da crise que vivemos.
CC: O que deu errado nas negociações com o Ciro Gomes? Em entrevista à CartaCapital, ele disse ter sido chamado para ser vice de Lula somente após o registro de sua candidatura. Considerou o convite um acinte.
FH: Vou cometer uma pequena inconfidência. Como falo de alguém próximo, não considero uma deslealdade. Roberto Mangabeira Unger, a quem prezo, esteve na minha casa e eu disse lá atrás, talvez em abril, que a única maneira de viabilizar a candidatura do Ciro seria se ele aceitasse figurar como vice na chapa do Lula. Não foi de última hora. E essa possibilidade estava fora de cogitação para eles. Por quê? Precisa perguntar para o próprio Ciro.
CC: Segundo ele, o convite só ocorreu após o PT fechar o acordo com o PSB e o PCdoB.
FH: O convite sim, mas a sondagem não. Prezo muito o Ciro, ele é do nosso campo, espero que estejamos juntos no segundo turno. O Brasil precisa dessa unidade do campo progressista para botar fim a esse pesadelo chamado governo Temer.
CC: Aqui ele garantiu que estará sempre do lado progressista.
FH: É isso que importa.
CC: Não seria bom definir de vez a sua candidatura, o mais rapidamente possível?
FH: Lula não pode abrir mão do recurso. Ele não pode admitir que a única instituição, a ONU, que tem o mínimo de isenção arquive o seu processo por ele não ter sido diligente internamente na defesa de seus interesses. Nem o PT pode aceitar isso. A história vai nos cobrar. Um Lula nasce a cada 50, 100 anos...
CC: No Brasil? É uma perspectiva generosa.
FH: (risos) Não há como abrir mão de um patrimônio político como este. Sou o menos ansioso. Estou tranquilo em relação ao que está sendo feito.
CC: O STF está pouco ligando para a ONU. Lula não vai participar e o objetivo do golpe era justamente este. Nesse caso, não seria bom ter tempo para levar adiante uma campanha?
FH: É pouco tempo, mas é muita vontade. Compensa. Temos o projeto que deu certo por 12 anos.
CC: Qual crime Lula cometeu?
FH: Li a sentença do Sergio Moro e não reconheço ali nenhum crime.
CC: Pois então, o que esperar de uma Suprema Corte que endossa uma condenação desse gênero? O que esperar dessa malta de asnos pomposos?
FH: O nosso plano de governo prevê uma reforma do Judiciário, a começar pelo controle externo. Atualmente, esse controle é feito pelos pares. E está provado que não funciona em nenhum lugar do mundo: a polícia controlar a polícia, juiz controlar juiz, promotor controlar promotor. Não existe.
CC: O PT venceu quatro eleições propondo uma grande concertação nacional. Durante um período, isso deu certo. A economia cresceu, houve distribuição da renda, os ricos também ganharam. Mas esse modelo se exauriu e tivemos o impeachment de Dilma. O que o senhor faria de diferente?
FH: A crise de 2018 é muito distinta daquela de 2002. Uma das marcas do governo Lula é ter colocado o pobre no orçamento. O Minha Casa, Minha Vida, o Luz para Todos, o Pronatec, o ProUni, a expansão das universidades federais com reserva de vagas para alunos de escola pública... Agora, precisamos corrigir a questão da receita. Quem abastece o fundo público é o pobre. No Brasil, quanto mais rico se é, menos imposto se paga. Por isso, propomos isentar quem ganha até cinco salários mínimos do Imposto de Renda, voltar a taxar os lucros e dividendos, coisa que foi abolida no governo FHC. Segundo ponto, foi possível crescer mais de 4% ao ano com o sistema bancário mais anômalo do mundo. Isso não será mais possível sem enfrentar a questão do crédito. Nosso programa prevê uma reforma bancária, com imposto progressivo para o setor. Quanto mais juros o banqueiro cobrar, mais tributos ele vai pagar, até porque o lucro dele será maior.
CC: Mas isso depende do Congresso para aprovar.
FH: Tudo depende do Congresso, isso faz parte do processo democrático. Nesse caso específico, resolve-se com uma medida provisória. A reforma tributária, não. Aí é preciso aprovar uma emenda constitucional.
CC: O senhor espera lidar com um Congresso de perfil muito diferente daquele que destituiu Dilma?
FH: Pode não ter o perfil que eu gostaria, mas é preciso fazer um esforço para melhorar a representação. Temos apostado muito no alerta à população, para que preste mais atenção na hora de escolher os deputados e senadores. Não basta eleger um bom presidente, é preciso ter um Congresso melhorzinho, até para fazer o que precisa ser feito a um menor custo político. Mas o País está em uma crise tão grande que, se o governo apresentar um bom plano de voo, isso vai interessar. Hoje, com a exceção dos bancos, que estão imunes a qualquer crise, todos perdem. Dos candidatos que estão aí, só o Lula tem projeto. Por 12 anos garantimos crescimento, distribuição de renda, aumento dos salários acima da inflação, oportunidades educacionais. Sabemos como reencontrar o projeto interrompido em 2014. O Aécio Neves não teve a dignidade de telefonar para cumprimentar Dilma pela vitória, é um gesto básico de civilidade na democracia. Divulgado o resultado, a sabotagem começou.
CC: O PT acabou se aliando, nos estados, com alguns políticos e legendas que participaram do golpe. Se eleito, com quais partidos pretende ou não negociar?
FH: Vai haver uma reformulação partidária. A partir do ano que vem, vai acabar a coligação proporcional. Já acabou o financiamento empresarial de campanha. Além disso, vamos propor ao Congresso a mudança de data para as eleições dos parlamentos. Queremos que a votação para o Legislativo ocorra no segundo turno, e não no primeiro. Isso é inspirado no modelo da França, que elege a Assembleia Nacional quatro meses depois do presidente da República. Por que o Macron tem maioria? Ele foi eleito e, alguns meses depois, foram escolhidos os parlamentares. Alguns costumam apontar o dedo: "O PSB foi golpista". Ocorre que o partido se coloca, hoje, com uma postura completamente diferente. Vários personagens saíram do PSB, que sofreu uma transmutação em 2014, mas retornou às origens. Vários governadores se reposicionaram e contam com o nosso apoio para a reeleição. Precisamos de base para aprovar as reformas.
CC: Mas e o Eunício Oliveira? E o Renan Calheiros?
FH: Esses senadores estão defendendo a candidatura de Lula, apoiam o PT no plano federal e estão aliados com nossos governadores. No Ceará, Eunício apoia o Camilo Santana, que tem mais de 70% das intenções de voto. Na Bahia, Rui Costa deve se reeleger com o apoio de muitos personagens que votaram pelo impeachment. Em Pernambuco, apoiamos a reeleição de Paulo Câmara, do PSB. Há um realinhamento de forças. Se não houver uma grande mudança de perfil do Congresso, precisamos ter a responsabilidade de criar uma maioria para implantar o programa de Lula.
CC: A Emenda nº 95 congelou os gastos públicos por 20 anos, uma camisa de força para os futuros presidentes. O que pretende fazer em relação ao tema?
FH: Quem nos apoia está disposto a revogar a Emenda nº 95? Ela torna o País ingovernável. Isso não significa irresponsabilidade fiscal. Nunca tivemos essa regra e passamos 12 anos gerando superávit. Às vezes, o mercado faz um certo terrorismo e o jornalismo econômico compra o discurso pelo valor de face. Quero saber em que lugar do mundo está em vigência uma regra esdrúxula como essa, que deixa o Estado congelado por duas décadas. Não pode abrir uma escola, não dá para inaugurar um hospital...
CC: O que se pode fazer em relação a Lula?
FH: Qualquer jurista com o mínimo de isenção reconhece as fragilidades da sentença condenatória. Falar em ato de ofício indeterminado é uma aberração. Você não tem nem como se defender. Se acusá-lo de um crime indeterminado, você se defenderia como? Lula foi condenado por um ato que ele próprio e nem o juiz sabe qual é. E também por ter recebido como propina um apartamento "atribuído" a ele, mesmo sem ter as chaves, sem a escritura, sem jamais ter tomado posse. É muito difícil se defender de uma coisa dessas.
CC: Se o senhor for eleito, concederá indulto ao ex-presidente?
FH: Conversei com Lula sobre isso à época em que o tema foi debatido na mídia. E ele me disse: "Quero que as cortes superiores reconheçam a minha inocência". Na carta que eu li, por ocasião do registro da candidatura, ele dizia sonhar com o dia em que as cortes superiores iriam reconhecer o erro judicial.
CC: Qual será a influência do antipetismo nessa disputa?
FH: O petismo é muito mais forte que o antipetismo nessas eleições. Em 2016, se tivessem me feito essa pergunta, eu diria: estamos vivendo uma caça às bruxas que não tem limite. Não conseguimos fazer campanha. Nos 60 dias que antecederam a eleição, Dilma foi impedida, Lula tornou-se réu, três ministros foram presos. Ninguém discutia projeto algum. Em todo o País, o PT perdeu 60% dos votos. E não foi por causa de São Paulo, que puxou para cima a média.
CC: A recuperação do petismo deve-se muito à estratégia de levar a candidatura de Lula até o fim, não?
FH: Tem a ver com isso, mas também com o projeto golpista que deu errado, com o fato de não conseguirem mais represar as delações. Em 2016, só vazava delação contra o PT, nada contra o MDB, contra o PSDB. Aos olhos dos eleitores, tudo parecia obra dos petistas, e não um problema sistêmico.
CC: O senhor propõe usar parte das reservas internacionais para retomar os investimentos em infraestrutura. Isso não deixaria o Brasil mais vulnerável às instabilidades externas?
FH: Por isso fixamos um limite. Pretendemos usar 10% das reservas, não mais que isso. Falamos de 35 bilhões de dólares, o suficiente para iniciar um jogo bastante interessante. Vamos privilegiar os investimentos em energia. São projetos com receita certa, não tem risco. É possível aumentar a rentabilidade das reservas, sem impacto sobre a dívida e sobre o resultado primário.
CC: No caso do pré-sal, o que o senhor pretende fazer?
FH: Vamos retomar o debate sobre o destino dessa riqueza e a forma mais correta de exploração. Estamos convencidos de que Temer cometeu um crime de lesa-pátria, porque ele está entregando o pré-sal para as multinacionais. Alguns dizem que o petróleo é uma maldição, porque a descoberta das reservas costuma vir acompanhada de instabilidade política. E é verdade. Os países que produzem petróleo são objetos de muita cobiça, sobretudo dos americanos, que dependem dos combustíveis fósseis para manter o American Way of Life. Os EUA não podem ver um país descobrir reservas sem ir lá para interferir no governo, trazer as suas companhias para explorar o potencial petrolífero.
CC: Qual o antídoto?
FH: Trazer a população para o debate. Por isso sou a favor de um plebiscito sobre o pré-sal. É uma forma de proteger os governos da interferência externa. Com o povo empoderado, não tem essa conversa. É por isso que os países escandinavos não sofrem esse tipo de pressão. A decisão sobre essa riqueza é da população. Por isso, não basta revogar o que o Temer fez. É preciso chamar o povo para validar essa decisão.
CC: O Brasil bateu um novo recorde em 2017, registrou quase 64 mil assassinatos. O aumento da violência coincide com uma guerra entre o PCC e o Comando Vermelho. Como o governo pode combater essas facções?
FH: Vamos federalizar o combate às organizações criminosas. Queremos, em primeiro lugar, liberar as polícias estaduais para proteger a população de homicídios, feminicídios, estupros e roubos, que é tarefa da segurança pública local. Para isso, a União terá de assumir parte da responsabilidade. As facções passarão a ser combatidas pela Polícia Federal. E, quando houver a necessidade de uma intervenção, não será por força militar. No Rio de Janeiro, por exemplo, não vamos usar o Exército. Se houver intervenção, será por meio de uma força civil preparada para isso.
CC: A origem desse problema não está na desigualdade?
FH: Há países tão desiguais como o nosso que não têm uma violência tão grande.
CC: Tão desiguais como o nosso? Cite alguns.
FH: Veja, a desigualdade é a matriz da violência. No entanto, mesmo quando diminuíram as disparidades no Brasil, a criminalidade continuou a crescer. Evidentemente, combater a desigualdade contribui para a normalidade social. Mas não é verdade que o crime não possa prosperar em meio a uma situação econômica mais satisfatória. Nos anos Lula, o lugar que mais se desenvolveu foi o Nordeste. E também foi onde explodiu a violência. As organizações criminosas foram para a região em razão do aumento da renda.
CC: Outro tema recorrente é a regulação econômica da mídia. O quanto isso é central nessa campanha?
FH: Repare que a mídia recuou sobre esse tema porque perdeu o debate, ninguém mais me pergunta sobre isso. Em um estado, uma família não pode controlar a maior emissora de tevê, o principal rádio, o jornal de maior circulação, porque em nenhum lugar do mundo isso seria admitido. Os jornais brasileiros entraram no STF para tirar do ar sites em língua portuguesa mantidos por organizações internacionais, como El PaísBBC BrasilThe Intercept. Invocaram dispositivos da Constituição. Se a empresa não tem 70% de capital nas mãos de um brasileiro nato, ou vende ou sai do ar. Com que moral podem dizer que o PT é contra a liberdade de expressão, se eles são os principais agentes da monocultura da comunicação? Na Bahia, uma família é dona de tudo. No Maranhão, idem. Todos ligados à política. Isso é democrático?
CC: Por que esse debate não prosperou nos governos petistas?
FH: Honestamente, vacilamos. O problema não é ganhar ou perder, é não enfrentar. Se perder, perdeu. É da democracia. Mas não enfrentar o debate... Ficamos acanhados, sem motivo algum. Estamos defendendo alguma coisa errada para ficar tão intimidados?
CC: Essa é uma crítica sua ao PT?
FH: É, porque não havia nada errado. Defendíamos modelos como o francês, o alemão, o português, o inglês, o americano. O nosso será brasileiro, mas inspirado em experiências que garantiram maior pluralidade.
CC: Isso é normal em democracias. Talvez nunca tenhamos experimentado a verdadeira democracia.
FH: Acredito que nunca a conhecemos. Estávamos iludidos. Dizíamos que a democracia da República Velha era de fachada, que a democracia pós-Segunda Guerra até o golpe de 1964 era cheia de falhas. Nutrimos a ilusão de que, após a Constituição de 1988, vivíamos em uma democracia. Não passava de ilusão.
CC: O senhor nutre alguma esperança em relação ao poder econômico? Imagina ser possível retomar um diálogo? Parece haver um crescente apoio dos empresários ao Bolsonaro. Preferem ele a qualquer candidato do campo progressista...
FH: Li uma reportagem da Reuters que dizia o contrário. Obviamente, nossa plataforma não é o que desejam, mas temos um programa para retomar o desenvolvimento. Alguém é contra isso?
CC: O empresário brasileiro gosta de ser rentista.
FH: Mas não estamos nos tempos do rentismo, precisamos gerar emprego. Nem o rentismo vai sobreviver ao que está acontecendo no Brasil.
CC: Um dos méritos do governo Lula foi a política externa independente, conduzida por Celso Amorim.
FH: Sem dúvida. Ele está entre os maiores chanceleres do mundo. Abriu muitas portas para o Lula. O ex-presidente tem o talento que tem, ótima capacidade de assimilar informações, processar e devolver resultados exuberantes, mas o Celso é uma figura de proa.
CC: O senhor traria para o seu governo figuras como Henrique Meirelles e Joaquim Levy, que tiveram tanta influência na economia nas gestões de Lula e Dilma?
FH: Levy foi nomeado em um momento no qual o governo pressentia a sabotagem. Dilma achou que, com um gesto desses pudesse conter o apetite voraz do Eduardo Cunha, do Aécio Neves. Na minha opinião, foi um erro. Mas isso se deu em uma perspectiva de contenção, Dilma logo percebeu que o chão estava movediço. Na posição de presidente do Banco Central, Meirelles não era exatamente uma figura de proa da área econômica. Lula procurava colocar perfis diferentes na equipe para que ele pudesse arbitrar. Vinha o Palocci com uma ideia, o Guido com outra, o Meirelles com outra. O presidente ouvia todo mundo e dava a direção. O papel de um líder não é saber tudo, é apontar a direção correta.
CC: Com toda a inteligência dele, Lula era bem recebido pela Casa-grande?
FH: Sou testemunha de que não.
CC: Então não adianta pensar em conciliação com as elites. O confronto é inevitável.
FH: Nem no auge do governo Lula eles conseguiam se entusiasmar. Cada vitória, cada recorde que o Lula batia era recebido por eles como uma má notícia.
CC: O senhor acha que, se ganhar as eleições, vai conseguir assumir e governar?
FH: Eles vão apostar em mais crise institucional?
CC: Não impediram Dilma e prenderam Lula, impedindo-o de disputar a eleição? Por que iriam parar?
FH: A aposta deles é que a coisa se resolveria na eleição. Eles acreditam que vão ganhar. Se perderem, perderam. Vão fazer o quê?
CC: Eles não perderam em 2014?
FH: Sim, mas vão dar outro golpe? Aí seria o quarto, o quinto. Sinceramente, acho que o humor do brasileiro não está mais para isso. Não quero crer que ousariam uma aventura ainda mais aguda.

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fuente: https://www.cartacapital.com.br/revista/1020/fernando-haddad-vamos-retomar-o-projeto-de-Lula

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