Opinión
Del desinterés a la oportunidad
Por Guillermo Carmona(*)
Días atrás se realizó en la ciudad de
Shenzhen, provincia de Cantón, el Segundo Foro China-CELAC de Partidos
Políticos. El Partido Comunista Chino fue el anfitrión del encuentro, que
congregó a dirigentes de 58 partidos políticos de países de América Latina y el
Caribe, representativos de diversas tendencias ideológicas. La Argentina
participó con una delegación integrada por un representante del PRO y uno de la
UCR –por el oficialismo– y me tocó desde la oposición asumir la representación
del Partido Justicialista a pedido de su presidente, el diputado José Luis
Gioja.
Desde el lado chino se nos propuso
reflexionar e intercambiar experiencias sobre “Reforma, innovación y
construcción partidista”. La elección de Shenzhen para tal evento no parece
haber sido casual. Los debates sobre las cuestiones partidarias estuvieron
complementados con visitas a centros tecnológicos que exhiben el impresionante
desarrollo digital, logístico y de servicios que en esa ciudad está desplegando
China. Además, las visitas a las ciudades de Zhuhai y Guangzhou nos permitieron
conocer el estratégico esquema de articulación entre Cantón, Hong Kong y Macao.
La localización de un impresionante polo logístico y tecnológico para América
Latina y el Caribe en el corazón de esa articulación (localizado en la ciudad
de Hengquin) es un signo de la importancia dada por China a la relación
económica, comercial y financiera con los países de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Entre las muchas reflexiones e
inquietudes que me despertó la participación en el foro hay dos que considero
fundamentales resaltar. La primera se relaciona con la enorme importancia que
el proceso de integración regional –hoy maltrecho por el accionar desintegrador
de los gobiernos neoliberales de la región– tiene para la inserción
internacional de nuestro país. China es ejemplo de uno de los polos de poder
mundial que elige relacionarse con los países de América Latina y el Caribe a
partir de la valiosa plataforma de integración que representa la Celac. Al
respecto, creo que los latinoamericanos y los caribeños aún no dimensionamos la
trascendencia estratégica de hacer valer en conjunto el peso actual y potencial
que tiene nuestra región para otros países y regiones del mundo.
El gobierno de Mauricio Macri viene
demostrando un marcado desinterés por la Celac: no ha participado en las dos
cumbres que se realizaron en Quito en 2016 y en Punta Cana en 2017, y su
canciller no asistió a la Segunda Reunión Ministerial del Foro China-Celac,
realizada en enero de este año en Chile. Tal situación representa una enorme
pérdida de oportunidades para el protagonismo de nuestro país en el plano
regional e internacional.
Cabe ser destacado que -al igual que
China- la Unión Europea ha impulsado la articulación con América Latina y el
Caribe a través de la Celac. Desde el Gobierno argentino se replica con la
Unión Europea una actitud similar a la descripta sobre la relación con China.
En lugar de hacer valer el peso de la región, la gestión de Macri actúa
devaluando su importancia. Lo ha hecho al minusvalorar a la Celac y al decidir
un incomprensible e injustificado abandono de la Unasur. Y, lo que es peor,
sostiene la misma actitud cuando apura la firma de un Tratado de Libre Comercio
entre el Mercosur y la Unión Europea desde una posición de claudicación de la
defensa de la producción y el trabajo nacional, con consecuencias negativas aún
no dimensionadas.
El desaprovechamiento de la palanca
regional no implica la imposibilidad de mantener esquemas bilaterales con
China, pero no tengo dudas de que ese no es el contexto más conveniente para
hacer valer nuestros intereses.
La segunda reflexión que considero
destacable tiene que ver con el poder de atracción de la atención regional que
actualmente ejerce China. ¿Cuál es la razón por la que fuerzas políticas del
más amplio arco que va de la izquierda a la derecha regional se sienten
convocadas por el Partido Comunista Chino a un foro como el realizado en estos
días? Para dimensionar cabalmente la pregunta que formulo debe tenerse en
cuenta que no solo la delegación argentina fue plural. Para dar un ejemplo
adicional, por Chile participaron desde las declaradamente derechistas
Renovación Nacional y UDI hasta la Democracia Cristina y el PC chileno. No
tengo una respuesta definitiva a la pregunta, pero tiendo a pensar que -además
del reconocimiento del determinante rol económico de la República Popular China
en el mundo actual- hay una enorme eficacia del ejercicio del poder blando (soft
power) de la diplomacia china en nuestra región. La acción de seducción, que
apela no solo a la economía sino también a la política y la cultura, parece
rendirles significativos frutos a los chinos. Es que la reforma y la apertura
que Xi Jinping propone profundizar se verifica tanto en los discursos como en
los hechos.
Al conocer China, al visitante le queda
bien claro que se trata de un país que es y se percibe como uno de los polos
del poder mundial. Es una tarea pendiente para latinoamericanos y caribeños
empezar a asumir la posibilidad y –por qué no– el destino de ser otro polo de
un cada vez más necesario sistema multipolar capaz de armonizar las relaciones
entre los países y las regiones. Para que esto ocurra, Argentina tiene que
asumir definitivamente que sin una fuerte integración regional perderemos esa
oportunidad, además de cerrarnos al mundo.
El papel de nuestro país puede ser
determinante para que esa posibilidad y ese destino se hagan realidad. De cara
al 2019, resulta imprescindible incorporar en el debate político y electoral
esta trascendental dimensión de nuestro presente y futuro.
(*) Diputado nacional del FpV-PJ.
Vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la H. Cámara
de Diputados de la Nación.
fuente: https://www.pagina12.com.ar/120376-del-desinteres-a-la-oportunidad
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